jueves, 23 de junio de 2022

 

El primer día de clases

Ya estamos en el mes de marzo. Los niños están entusiasmados de retornar a las aulas después de dos años de hacerlo virtualmente.

De todos los niños había uno, el más pequeño, el más travieso. En ese tiempo él estaba en tercer grado. Las maestras que lo conocían lo esperaban con mucha ternura. Pero todos los niños llegaban acompañados de sus padres, alegres de volver. Pero él, el niño pequeño no llegaba.

Comenzó la formación, tocó el turno de escuchar las palabras de la directora. Todos aplaudieron entusiasmados.

Por fin llegó el momento de ingresar a las aulas. Las maestras estaban felices de recibir a los niños. Estaban prohibidos los abrazos porque se debía guardar las precauciones del caso. Solo se podían ver los ojitos iluminados de todos por la emoción del regreso a clases.

Se prepararon sorpresas para todos los niños.

Dentro del aula de sexto grado, dónde debía estar el niño pequeño al que esperaban y recordaban, el maestro empezó a llamar lista.

Llegó el turno de mencionar a "Rafito" le decían así de cariño. De pronto se paró un niño muy alto de ojitos negros brillantes que dijo a viva voz "presente mi querido maestro". El profesor no podía creer lo grande que estaba Rafael, a él lo habían visto pequeño y era recordado por las travesuras que hacía en el colegio, y las veces que se escapaba del salón,  lo elocuente que era porque nadie le ganaba exponiendo en público. Sus compañeros tampoco podían creerlo. Lo habían confundido con un compañero nuevo.  Rafito solo atino a sonreír y aunque no se le veía la carita, sus ojitos llenos de brillo así lo demostraron. Él también estaba feliz de volver a su colegio, poder ver nuevamente a sus compañeros y a su profesor. Todos le tenían cariño. Así llenos de entusiasmo comenzó el primer día de clases.

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